Leche, manteca y queso. Segundo semestre total.

La Argentina tiene infinidad de debates políticos. Entre ellos hay una crema de los debates, los que han logrado instalar como claves, debates que venden, cosa que en cuestiones de política no es fácil. Es difícil construir masividad en torno del análisis político. Del análisis económico. Salvo que en el medio haya fantasmas, odios, personas diabólicas, o elementos noveleros. En la generalidad de los casos el debate profundo, el que tiene que ver con la creación de institucionalidad para consolidar un patrón de acumulación o un plan de industria y desarrollo, no suele tener rating. ¿Pero por qué? Una de las razones es que su presentación no genera grieta: la gran mayoría estamos más o menos de acuerdo de que se precisa desarrollar el país, creando empresas con procesos de organización productiva que incorporen mayor valor agregado. Porque de este modo se integra más trabajo, más salario, y mejor nivel de vida para todos. Hasta aquí no hay mayor grieta, aunque ya comprende una mirada heterodoxa.

Pero en el camino hacia ese objetivo aparecen las grietas y los intereses explícitos. ¿Por qué van a proteger tal sector generando cierta inflación que tendrá impactos en mis costos, y me hará perder ganancias relativas? ¿Por qué vas a subsidiar tal actividad si demuestra innovación, y gastar recursos del Estado que deben orientarse sin distorsionar los precios? En este camino la ortodoxia empieza su trabajo de difusión.

El otro día CFK hablaba de poder. A esta altura está claro que el kirchnerismo no tuvo un plan de desarrollo, porque redistribuir y crecer no alcanza, porque debe ser sustentable, y esto tiene una pata ecónomica y otra de consenso político. El kirchnerismo tampoco despenalizó el aborto, ni modificó la ley de entidades financieras, ni tuvo una política industrial de largo plazo, ni modificó la estructura tributaria, y en general tuvo problemas para avanzar en cuestiones sectoriales porque la macro pensada para el pueblo chocaba con intereses sectoriales. Perfecto. Nadie dice que sea fácil. Que la presidenta hasta 2015 no haya hecho esto no quita que haya enfrentado a pesos pesados del sistema financiero global, mientras el gobierno actual parece salir a militar el aumento del precio de la manteca. ¿Querían pensar en gris? Bueno, en los grises, para mí, gana el que sostiene el desempleo bajo primero, porque de ahí surge la felicidad del pueblo, y avanza en el desarrollo después. En ese orden. El que plantea destruir empleo, para que la eficiencia traiga desarrollo (cosa nunca verificada de esta forma) no puede ser simpático para nadie que además de pensar tenga sentimientos.

Lo que molesta es que vayamos para el otro lado. ¿Por qué el macrismo no puede tomar un lugar más intermedio y entonces pensarse en el poder por más tiempo? Es decir, menos favores a la banca extranjera y mejores precios para créditos y costos de pymes, con tasas reguladas, menos apertura comercial y más salario, menos empresas multinacionales de maquila y más promoción de sectores estratégicos. Claro, tendrían que debatir un poco con algunos embajadores y empresarios, pero estos últimos nunca se pelean del todo con la firmeza si es para poner un poco de orden en la jungla del capitalismo argentino. Aguantaron 8 años al kirchnerismo, pueden vivir en un lugar intermedio de manera permanente entonces.

Algunas frases:

"Va a faltar manteca por la decisión empresaria de producir más queso que es más rentable y ahí no nos podemos meter", afirmó Buryaile.

En declaraciones a Radio Uno, el funcionario añadió: "Nosotros como gobierno podemos persuadir al comercio para que vendan a determinado precio pero no vamos a hacer control".

"Es cierto lo que dicen los tamberos pero no podemos hacer que le cierren los números a costa de plata que no tenemos", señaló además Buryaile, al ser consultado sobre los reclamos del sector al Gobierno nacional.

"Los beneficiados de este gobierno fueron los agricultores, no todo el campo", dice Ricardo Garnero, mesa de productores de leche de Santa Fe.

“La industria de alimentos y bebidas de la Argentina está en condiciones de duplicar sus exportaciones al mundo si logramos avanzar en las reformas de segunda generación que nuestro país necesita”, dijo Funes de Rioja (COPAL) y destacó que “las reformas de primera generación han sido oportunas, efectivas y valientes”.

La lógica del lomo ahora la vive la manteca: exportemos lo más rentable, importemos lo menos rentable (aprovechando el tipo de cambio atrasado y la apertura de la cuenta capital) o directamente no consumamos lo que para algunos no se precisa. Esto sin dudas ayuda a sostener precios, pero también sin dudas, en un contexto generalizado, expulsa mucho empleo.

Mientras tanto, cabe decir a favor de nuestros siempre criticados empresarios, que no están despidiendo personal por cuestiones ideológicas, sino más bien por razones económicas (si bien el empresariado concentrado milita las medidas actuales, señalar la puna del ovillo no es un tema menor). Esto no sólo apunta a frenar un poco el argumento de la maldad empresaria de clase, sino también a poner en carpeta que si la economía anda, y la actividad del conjunto mejora, no cabe esperar más despidos. Lamentablemente, hasta acá no se visualizan medidas para contener las fuerzas salvajes del capital vernáculo y global que habita nuestras tierras.

La Argentina de la exclusión social no tocó piso. Esto recién empieza. Con o sin crecimiento, así, como ahora, habrá expulsión de empleo durante años. Como todo, no sería grave la importación de manteca, o algún tarifazo, alguna devaluación, cosas que quizá eran necesarias para reequilibrar una economía que ni pagaba las importaciones en 2015. Pero hacerlo sin un plan industrial sólo verifica que es un plan de valorización financiera.

Cadena nacional de la manteca:


Comentarios

Mariano T. dijo…
Regando fuera de la maceta.
El problema de la leche es que el mercado de exportación se destruyó, no hay demanda y hay exceso mundial de leche.
Eso generó una enorme crisis en 2015 por el sobrante de leche(20% de la producción). Para un GuillermoMorenista es una buena noticia, un mercado sobreabastecido, pero eso trae resultados funestos.
La manteca y la crema se generan sobre todo como subproducto de la leche desgrasada en polvo, que mayormente se exportaba. Hoy no se fabrica esa leche desgrasada en polvo porque no se exporta, así que se produce menos manteca en proporción. Es más lógico producir yogur y quesos enteros para el mercado interno q leche en polvo q no tiene mercado.
A eso se suma una menor inversión en tambo, como consecuencia de los bajos precios de 2015 y parte de 2016. Y como corolario las monstruosas inundaciones, sobre todo en Santa fe y Cordoba.
Lo de leche en general es un faltante temporario, hasta la primavera, ahí va a volver a haber manteca suficiente.
No se porque no tomaron temporariamente la solución más lógica, subir el precio por dos meses, así no hay faltante en góndolas.

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